Brasil 4 - 3 Egipto

Así es, Brasil 4, Egipto 3. Ese es el resultado del primer partido del grupo B de la Copa Confederaciones también conocida como Confe Cup.

El primero en marcar fue Brasil en el minuto 5 con un golazo del ya jugador del Real Madrid Kaká, que con dos toques de balón, consiguió irse de los dos centrales y con un último toque consiguió colocar el balón en las mallas de la portería.

Poco después, concretamente 3 minutos más tarde, en el minuto 8, Egipto por medio de Zidan ponía las tablas en el marcador.

A partir de ahí Brasil, a pesar de no haber logrado un brillante juego durante el partido, consiguió marcar el segundo y tercer tanto después de dos remates de cabeza. El primero de ellos de Luis Fabiano a pase de Elano y el segundo fue a manos del central de la Roma Juan (minutos 11 y 37 respectivamente).

De esta forma, llegabamos al descanso con el marcador de 3 a 1 a favor de Brasil. A pesar de todo, Egipto, salió con garra y consiguió en el 54' marcar el 3 a 2 por medio de Shaky para que justo un minuto después, nada más sacar Brasil de centro, Zidan marcase el 3 - 3 que desataba la locura de los aficionados que se encontraban en el campo y de todos los jugadores y cuerpo técnico de la selección Egipcia.

Desde ese momento, las cosas se le ponían de cara a Egipto y no tan de cara a Brasil, que parecía cansada y bajaba un poco los brazos mientras que su rival se envalentonaba y seguía encarando y presionando para intentar conseguir otro gol. Sin embargo, el fútbol además de sus cosas bonitas tiene otras no tantas para algunos y es que, aunque Egipto era el claro dominador del partido durante la segunda parte, ya alcanzado el 3 - 3 en el marcador, a la pentacampeona del mundo le bastó una llegada para que un cabezazo de un jugador brasileño provocase una mano de un jugador Egipcio y con ello tarjeta roja, penalti y expulsión.

El penalti fue lanzado por Kaká, que firmó su segundo gol, a pesar de que el portero Egipcio adivinó la intención del jugador, pero el golpeo iba perfectamente colocado para que éste no pudiese hacer nada para detenerlo. Así es el fútbol, en cuestión de minutos se pasa de la gloria y el extasis a la decepción y el dolor.